Érase una vez una noche oscura llena de sombras. De repente apareció una sombra enorme. Ninguno de mis hombres sabía de qué era. Pero un rugido nos sacó de dudas: Era el monstruo del lago Ness.
Atacó a varias personas. A mí me hirió pero, junto a mis hombres, nos fuimos en un barco a la caza de la bestia.
El presidente nos dijo que nos tomáramos el tiempo que quisiéramos. Recorrimos todo el lago Ness pero el monstruo no salía. Pusimos a un hombre de cebo. Cuando lo echamos al agua, vimos la sombra a toda vela del monstruo. Lo sacamos a tiempo pero la mala suerte fue que el monstruo se comió medio barco. Aunque estábamos a su lado no podíamos matarlo. Nos caíamos del barco y nos iba comiendo. A todos menos a mí.
Yo nadé tan rápido hasta la orilla que no pudo alcanzarme y por nadar tan rápido se hizo mi mascota.
Como mascota, era grande, negro y con dientes como cuchillos. Perfecto.
Un hombre del pueblo al verlo como mascota gritó: ¡Estamos salvados! y el monstruo se lo comió. Se rieron mucho en el pueblo con eso. Hasta al monstruo del lago Ness le entró la risa. Tanta que lloraba de risa. Casi se muere él sólo.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Adrián Gracia
Eres como una margarita
en un prado en primavera.
¡Qué bella eras!
La luna te iluminaba
la dulzura y la amargura.
Muy oportuna.
Anónimo
El huerto de Villa Alegría
Hace no mucho tiempo, un mago tacaño vino de vacaciones a San Pedro del Pinatar, porque oyó que había unas charcas con sal y eso le parecía una magia poderosa y mística.
De camino,pasó frente a un colegio y como era su hora de salda, estaban cruzando por la calle, lo que al mago le irritó. El mago entró al colegio y dijo: ¡Destruiré vuestro colegio!
Los profesores, asustados, le propusieron al mago: Construiremos algo para que nos perdones.
El mago dijo: Construid un huerto, yo vendré cada tres a recoger los frutos; los encantaré y me servirán de alimento para permanecer siempre joven.
Dicho y hecho.
Anónimo
El baile maldito:
Había una vez una niña llamada Rocío que iba a ballet y era la niña más pequeña y la que mejor bailaba. Un día la profesora les enseño un baile muy chulo. Todas se quedaron boquiabiertas, les encantó ese baile. Pero la profesora nada más terminar les advirtió de que nunca hagan ese baile porque… cuenta la leyenda que si una niña de ocho a doce años bailaba ese baile. Se haría daño en alguna parte del cuerpo y el daño se le quedaría para siempre.
Pero Rocío, que tenía nueve años, no le hizo caso a su maestra y después de la clase de ballet, se fue a su casa y le dijo a su madre:
Al día siguiente, cuando fue a su clase de baile, la niña, en los vestuarios hizo “el baile maldito” y Rocío, se rompió las dos piernas y el codo del brazo izquierdo. Si estás leyendo esto es porque tienes que saber que hay que obedecer a los mayores cuando te dicen algo, ya que ellos saben más que nosotros. Y colorín colorado este cuento te ha gustado.
Niia
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