Se convirtió en la pieza más importante del Museo de Cádiz.
A continuación se desarrolló una historia maravillosa que ha sido tratada por periodistas, escritores y pensadores.
Vamos a leer la narración del escritor Felipe Benítez Reyes:
En 1891, en el curso de unas excavaciones arqueológicas, se
exhumó en Cádiz un sarcófago fenicio perteneciente a un hombre que debió de ser
principal, ya fuese por su cargo o por su hacienda, o tal vez por ambas cosas,
a juzgar por el esmero que presentaba la labor del artista funerario.
Un profesor
conquense llamado Pelayo Quintero y Atauri, que acabó siendo director del Museo
de Bellas Artes de Cádiz, dio por hecho -él sabría por qué- que el huésped de
aquel sarcófago estuvo casado y que dispensó a su esposa un enterramiento tan
digno como el suyo, de manera que podía tenerse por segura la existencia de un
sarcófago femenino de características similares, y sólo era cuestión de
implorar al albur ese regalo.
La búsqueda de
aquel segundo sarcófago acabó convirtiéndose en obsesión para Quintero y Atauri,
que en vano entretuvo la ilusión de su descubrimiento hasta su muerte, ocurrida
en 1946.
Tenía este
Quintero y Atauri un chalet por la parte de extramuros, y sus herederos
acabaron vendiéndolo. Una vez demolido el chalet, a la hora de realizar las excavaciones
arqueológicas que por ley son preceptivas, se produjo la sorpresa: justo en la
parte del solar en que estuvo el dormitorio del afanoso Quintero y Atauri,
apareció el segundo sarcófago, aquel sarcófago con el que había soñado
despierto, aquel sarcófago que había poblado sus duermevelas como la imagen de
un tesoro perseguido.
Quintero y
Atauri tuvo, en fin, un sueño, pero nunca supo que dormía sobre ese sueño.
…. jamás se nos ocurre mirar la tierra que pisamos cada día
de nuestra existencia, aunque la mayoría de las veces esa tierra pisoteada es
el único tesoro accesible: un lugar insignificante en el universo.
(“Mercado de espejismos” de Felipe Benítez Reyes)
En el siguiente vídeo cantan esta historia:
En la noticia del hallazgo del sarcófago femenino se recuerda al profesor Pelayo Quintero. Fuente: El País.
Los dos sarcófagos fenicios se pueden visitar en el Museo de Cádiz
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