miércoles, 4 de junio de 2014

La Dama de Cádiz. Una historia sorprendente.

En 1891 se encontró en Cádiz un sarcófago fenicio masculino. Debió de ser alguien importante y rico.
Se convirtió en la pieza más importante del Museo de Cádiz.
A continuación se desarrolló una historia maravillosa que ha sido tratada por periodistas, escritores y pensadores.
Vamos a leer la narración del escritor Felipe Benítez Reyes:

En 1891, en el curso de unas excavaciones arqueológicas, se exhumó en Cádiz un sarcófago fenicio perteneciente a un hombre que debió de ser principal, ya fuese por su cargo o por su hacienda, o tal vez por ambas cosas, a juzgar por el esmero que presentaba la labor del artista funerario.
      Un profesor conquense llamado Pelayo Quintero y Atauri, que acabó siendo director del Museo de Bellas Artes de Cádiz, dio por hecho -él sabría por qué- que el huésped de aquel sarcófago estuvo casado y que dispensó a su esposa un enterramiento tan digno como el suyo, de manera que podía tenerse por segura la existencia de un sarcófago femenino de características similares, y sólo era cuestión de implorar al albur ese regalo.
      La búsqueda de aquel segundo sarcófago acabó convirtiéndose en obsesión para Quintero y Atauri, que en vano entretuvo la ilusión de su descubrimiento hasta su muerte, ocurrida en 1946.
      Tenía este Quintero y Atauri un chalet por la parte de extramuros, y sus herederos acabaron vendiéndolo. Una vez demolido el chalet, a la hora de realizar las excavaciones arqueológicas que por ley son preceptivas, se produjo la sorpresa: justo en la parte del solar en que estuvo el dormitorio del afanoso Quintero y Atauri, apareció el segundo sarcófago, aquel sarcófago con el que había soñado despierto, aquel sarcófago que había poblado sus duermevelas como la imagen de un tesoro perseguido.
      Quintero y Atauri tuvo, en fin, un sueño, pero nunca supo que dormía sobre ese sueño.
…. jamás se nos ocurre mirar la tierra que pisamos cada día de nuestra existencia, aunque la mayoría de las veces esa tierra pisoteada es el único tesoro accesible: un lugar insignificante en el universo.
(“Mercado de espejismos” de Felipe Benítez Reyes)

En el siguiente vídeo cantan esta historia:

En la noticia del hallazgo del sarcófago femenino se recuerda al profesor Pelayo Quintero. Fuente: El País.
Los dos sarcófagos fenicios se pueden visitar en el Museo de Cádiz

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